A veces estos términos se confunden y entremezclan, pero las diferencias entre la minusvalía y la movilidad reducida es clara e importante. Al mismo tiempo, minusvalía podrá utilizarse adaptándose a los tiempos que corren y, sobre todo, a la percepción concreta que las personas que la tienen nos transmitan. Es decir, para tener un lenguaje inclusivo debemos escuchar con atención a la población a la que estamos nombrando y hacerlo siempre con mucho tacto.
¿Qué es la minusvalía?
En líneas generales, cuando hablamos de minusvalía nos referimos a una discapacidad concreta. Esta discapacidad, aunque normalmente pueda estar relacionada con el movimiento, no tiene que estarlo necesariamente. Es decir, una persona puede tener una discapacidad, pero no tener movilidad reducida. La discapacidad puede ser tanto física como mental y la persona puede haber nacido con ella o haberla adquirido a lo largo de su vida.
La OMS ha calificado a la minusvalía como una situación desventajosa que limita el desempeño de un rol concreto. Puede ser de orientación, de independencia física, de movilidad, de ocupación o incluso de integración social.
Y este término también se utiliza en parte de nuestra legislación, aunque cada día se está dejando más de lado y caminando hacia un futuro más inclusivo con términos más amigables como puedan ser la diversidad funcional.
¿Qué es la movilidad reducida?
Por otro lado, la movilidad reducida hace referencia a la limitación de las habilidades concretas de un ser humano impidiéndole moverse sin ayuda externa en un momento determinado, aunque también puede ser permanente. Es decir, una persona puede sufrir movilidad reducida durante unas semanas debido a una rotura de pierna. Esta persona estaría en una situación de movilidad reducida pero no de minusvalía. Sin embargo, si la pierna tuviese que ser amputada, tendría tanto movilidad reducida como una minusvalía.
Por ello, cuando hablamos de movilidad reducida debemos entender que, aunque no son lo mismo, la mayoría de discapacidades acarrean también la situación de movilidad reducida. Pero hay muchas más personas con movilidad reducida que no tienen ninguna minusvalía, como pueden ser las personas mayores.
Movilidad inclusiva como principal terminología
Normalmente, utilizamos el término persona con movilidad reducida para hacer alusión a todas las personas que necesitan ayuda para moverse, por ser más inclusivo y no diferenciar la razón por la cual necesitan esa ayuda.
Y es que la integración en la sociedad pasa por ser conscientes de las necesidades de cada persona, pero no siempre hay que diferenciar detalles mucho más personales. La inclusión también tiene que ver con normalizar cualquier situación. Por ejemplo, la adaptación de un coche será igual sea cual sea el motivo que lleve a esa persona a necesitar ayuda. Simplemente habrá que valorar cada caso en particular. Siendo indiferente si se trata únicamente de un problema de movilidad reducida o la persona tiene también una discapacidad. Aquí encontrarás la mejor solución para adaptar tu coche.